Hay
una historia que siempre me llamó mucho la atención por lo evidentemente
ridícula que resulta.
Mao
Zedong, fue el máximo dirigente del Partido Comunista de China y de la
República Popular China hasta su muerte en 1976.
Su
doctrina comunista daba una importancia clave a la clase campesina - a
diferencia de sus colegas rusos quienes la veían como una clase sin un poder
real, y delegaron, de alguna manera, en los obreros urbanos -.
Durante
su mandato llevó a cabo varias reformas, de tipo ideológico principalmente,
como una importante "Revolución Cultural" y otra llamada
"El Gran Salto Adelante" que es de la que quiero hablar.
El "Gran Salto Adelante" nació en 1958 con el objetivo de que miles de familias y comunas repartidas por toda China, trabajaran en el sector agrícola para así auto-abastecerse, aumentar la productividad y evitar la importación de maquinaria pesada (Mao consideraba el campo y las tierras como la base y fundamento de todo su proyecto).
Pero el campo tenía sus propios enemigos y para luchar contra ellos, estableció una campaña que se llamó "Las Cuatro Plagas".
El Gobierno Chino decretó que fueran completamente exterminadas las cuatro especies más perjudiciales para las cosechas: ratones, moscas, mosquitos y pájaros, en especial los gorriones ya que éstos se comían el grano; el germen de la producción agrícola.
Toda China fue alentada y "bombardeada" con publicidad para acabar con los gorriones, independientemente de los métodos utilizados. Así se pudieron ver todo tipo de técnicas para acabar con ellos: disparos, tirachinas, destrucción indiscriminada de nidos, ruptura de huevos, polluelos muertos e incluso caceroladas para que los gorriones muriesen por agotamiento al no poder posarse.
La
campaña fue un éxito rotundo.
De
esta manera proliferaron diferentes especies y hubo importantes plagas, en
especial, una plaga de langostas que arrasó con los campos y que fue parte
determinante y activa para que se produjera lo que se conoce como "La Gran Hambruna
China". El resultado final fueron unos 30
millones de personas muertas en unas condiciones de extrema pobreza y
miseria.
Luego
tuvieron que rectificar y obtuvieron la ayuda de sus colegas rusos quienes les
enviaron un cargamento con 200.000 gorriones; pero al daño ya estaba
hecho.
He
querido contar esta tragicómica historia ya que en Madrid, Ana Botella se está
planteando la recogida de basuras una vez por semana como medida innovadora de
recorte presupuestario.
Este
escenario es normal en prácticamente todos los países del Norte de Europa (yo
lo viví en Inglaterra durante 6 años y tengo que decir que al principio me
horrorizaba y lo consideraba anti-higiénico, hasta que llegué a comprenderlo). Pero hay que tener siempre presente que la situación en Madrid no es, bajo ningún concepto, comparable a lo que ocurre en Reino Unido. Allí la gente, normalmente vive en casas con un jardín delantero y un jardín trasero. Sobra decir que gozan de un espacio más que digno a diferencia de la mezquindad de las viviendas medias de la Capital española.
Los ayuntamientos abastecen a cada casa con contenedores de diferentes colores
para diferentes desperdicios - papel y cartón, vidrios, residuos orgánicos, resto - que son recogidos según un calendario repartido por las autoridades.
Lo
anterior en Madrid sería imposible, ya que, las dimensiones de una vivienda tipo, hacen que el reciclaje y almacenaje de deshechos sea un reto.
Si recogieran las basuras una vez por semana, éstas tendrían que ser almacenadas dentro de las mismas casas (independientemente del número de personas que cohabiten en ellas) o en los contenedores que algunas corralas
tienen en propiedad.
Otra
opción sería dejar la basura acumulada en las calles durante toda una semana,
lo cual nos haría parecer Nápoles cuando aquellas famosas huelgas de los
servicios de recogida de basuras (no quiero ser agorero pero, según están las
cosas, veo más que probable que en algún momento se produzca una huelga de
los servicios públicos de recogida).
De
uno u otro modo, la medida que la señora Botella quiere implantar, es
anti-higiénica.
Creo
que tarde o temprano, terminaríamos conviviendo con poblaciones de roedores,
insectos y aves urbanas que podrían acarrear serios problemas higiénico-sanitarios. Para
combatirlos habría que contratar empresas de desratización, desinsectación y
desinfección con lo cual todo el ahorro que se pretendía conseguir se quedaría
en eso: una mera pretensión.
No digo todo lo anterior por el mero hecho de haber trabajado como veterinario especialista en Higiene y Sanidad Animal durante seis años sino que lo digo desde el más profundo convencimiento y sentido común, cosa que siento, se está perdiendo últimamente.
Estamos siendo testigos de
"Un Gran Salto Atrás"
Estamos siendo testigos de
"Un Gran Salto Atrás"