jueves, 3 de mayo de 2012


HOSPITAL d´Or

Atónito me quedo cuando me entero día a día de la que se nos viene encima. Especialmente preocupante es el tema de la Educación y de la Sanidad.
Algunas comunidades (y esto podría ser extensible a toda la Nación) se están planteando cobrar 5 euros por noche a aquellas personas que ingresen en los hospitales.
Otra de las medidas que se están barajando es cobrar por la manutención que requieran los pacientes.

Una de las cosas que más me indignaron durante mi periplo por tierras inglesas fue el hecho de que tuviera que pagar el aparcamiento en los hospitales, independientemente de si se trataba de una urgencia o no. Recuerdo como por entonces yo defendía que algo así sería imposible en España. Al tiempo. En el Nuevo Hospital Universitario Río Ortega de Valladolid hace mucho que se lleva a cabo esta medida; así que aparte de la preocupación lógica (y posiblemente dolorosa) que un paciente de Urgencias pueda tener, hay que sumarle la preocupación (también dolorosa) de no olvidarse llevar dinero suelto en el pantalón para poder pagar el aparcamiento de un hospital ¿público?

Valorando estas medidas, de largo, aberrantes, propongo una medida que, a priori, puede sonar descabellada. Ironicemos:

¿Por qué no nos cobran según la enfermedad que padezcamos? ¿Cuánto cuesta curarse?

Y me explico:

Es obvio que no es lo mismo un resfriado que una pielonefritis, igual que no es lo mismo un rico que un pobre. En principio, un resfriado es un mal menor, con lo cual no debería ser muy caro. Claro que si vives en Burgos, es Enero y sales en mangas de camisa, es posible que tú seas el responsable de tu resfriado, con lo cual deberías pagar más. Es lógico, ¿no?

El SIDA es una condición muy seria y todos sabemos como evitar el contagio. Con lo cual si alguien se contagia con el VIH aún sabiendo las medidas profilácticas que existen, se trataría de un patán y por consiguiente debería pagar muchísimo más que el que tenga una hernia discal, por ejemplo (a no ser que le hernia discal se la haya provocado por cargar cajas en su trabajo y no haber tomado medidas preventivas). El ejemplo del SIDA choca, de todos modos, con la doctrina que nos lleva por el buen camino y nos plantearía un dilema: ¿trato de evitar el contagio y voy en contra de lo correcto usando condón para follar o sigo el camino correcto y me la juego aún a sabiendas de que lo que me espera va a ser caro? Me he metido en camisa de once varas. Así que pasemos a otro supuesto.

El caso de las enfermedades crónicas sería algo enrevesado. Yo no elegí nacer con una estenosis en la válvula aórtica de mi corazón, pero la sufro y tendré que ser operado. Pienso yo que a los que tenemos enfermedades crónicas deberían hacernos un descuento, aunque sólo sea por no haberlo elegido (al igual que la mayoría de los cristianos no eligieron serlo).

Resumiendo y tratando de crear unos baremos lógicos dentro de toda esta ilógica tendríamos una escala similar a esta (de más caro a más barato):

Enfermedades graves evitables (SIDA) > Enfermedades leves evitables (Resfriado) > Enfermedades leves inevitables (Hongos) > Enfermedades crónicas o adquiridas inevitables (Diabetes)

Evidentemente esto es una solemne tontería pero viendo el rumbo que están tomando las cosas, no lo descartaría radicalmente.

Nunca antes un hospital y un resort vacacional han estado más emparentados.

“Ahora tú también puedes disfrutar del lujo que supone estar enfermo. Elige tu enfermedad, paga por ella y vente a nuestro hospital con parking, menús económicos, habitaciones dobles y drogas para paliar tu sufrimiento; Hospital d´Or”